Madrid Diversa
En el contexto contemporáneo, la diversidad es, sin duda, una de las características de la ciudad de Madrid. Actualmente, cuando las ciudades están tendiendo a la estandarización, a replicar modelos comerciales, estructuras culturales, la complejidad trasciende como valor en sí misma, como hecho identitario de la vida urbana.
Madrid Diversa explora esta cualidad y describe la ciudad a través de tres herramientas: un atlas de mapas a gran escala, un recorrido fotográfico y un paisaje de sonidos que se superponen como fragmentos de una misma realidad. La muestra propone una inmersión en el Madrid de hoy organizada en cinco ámbitos: La ciudad habitada, La ciudad construida, La ciudad compartida, La ciudad de los usos y La ciudad en transformación.
Las cartografías construyen una mirada algorítmica basada en datos masivos bajo el hilo conductor de la ciudad como entorno diverso. Unas métricas que no ponen el foco en lo que la ciudad contiene, sino en cuán diverso es lo que en ella encontramos. La ciudad vista con datos tiende a fijarse en los promedios, lo frecuente y lo similar. La mirada que aquí se realiza se dirige a lo extraño, lo improbable, lo casual y lo distinto. Dos de los ámbitos analizan el entorno físico y habitado mientras que los otros tres proponen un acercamiento al comportamiento urbano a través de los usos, el espacio público y la propia transformación de la ciudad. Las cartografías del think tank 300.000 Km/s se dibujan a partir de datos públicos de diferentes fuentes: Instituto Nacional de Estadística, Catastro, Ayuntamiento de Madrid, base topográfica, imágenes por satélite y otros.
Las fotografías son una aproximación personal realizada por cinco artistas que registran el paisaje, las personas y el territorio: Eva G. Herrero, Ángela Suárez, Ernesto Peña, Rainer Torrado y Ana Belén Mejía. Una visión fragmentada de barrios, calles, y sus habitantes, que conforma un archivo documental inesperado a partir de fotografías y vídeos en formato vertical, “reels”, que responden a los ámbitos de la exposición.
Los sonidos abordan a la ciudad resignificando los edificios, los usos, las historias cotidianas de las personas que la habitan, los espacios públicos y las transformaciones. Lucas Bolaño crea sus paisajes sonoros a partir de grabaciones de campo recientes que se mezclan con sintetizadores, guitarras eléctricas procesadas y edición de audio. Se buscan similitudes sonoras entre la música y las grabaciones a través del timbre, el ritmo, la armonía y otros aspectos relacionados con la acústica y el espacio o simplemente utilizando la música como base e hilo conductor que ayuda a aunar las grabaciones de campo y al mismo tiempo generar unidad al proyecto.